Los instrumentos musicales son objetos construidos con el
propósito de reproducir sonidos que puedan ser combinados por un intérprete
para producir música. Para ejecutar los instrumentos de viento y desarrollar la
embocadura adecuada, los labios, la lengua y los dientes deben sellar
herméticamente la boquilla y, a la vez, deben actuar como túnel para que pase
el aire que proviene de los pulmones a la parte interna del instrumento. Es por
ello que nace la inquietud de relacionar la práctica de instrumentos de viento;
particularmente los de madera, con la predisposición a que se instauren
maloclusiones dentarias de diversos tipos en los instrumentistas.
OBJETIVO GENERAL
Relacionar las maloclusiones dentarias según la clasificación de Angle modificación Anderson y la ejecución de instrumentos de viento madera.
REVISIÓN DE LA LITERATURA
En 1939 Strayer, un ortodoncista y fagotista profesional publica un articulo titulado "Instrumentos musicales como una ayuda en pacientes tratados por defectos y perversiones musculares" en el cual propone el uso de instrumentos musicales de viento como ayuda que complemente el tratamiento ortodóncico, para crear una condición normal de la musculatura facial. Clasificando los instrumentos en tipo y forma de boquilla utilizada1.
Strayer, definió el término de embocadura como la forma o método utilizado cuando se colocan los labios y/o dientes en la boquilla del instrumento1-34.
Engelman en 19652 publica su artículo "Medición de las presiones periorales durante la ejecución de instrumentos de viento" cuyo objetivo fue medir y evaluar la cantidad de presión ejercida por el labio superior contra los dientes anterosuperiores en diferentes músicos instrumentistas de viento.
El autor mediante estudios a un grupo muestra, utilizando un transductor intrabucal, sensible al rango de presiones a medir, se adaptaba a diferentes músicos y podía ser posicionado en los incisivos superiores con resina autocurable. Mediante una curva calibradora se transformaban los milímetros de deflexión en gramos de fuerza2,3.
Después de analizar los resultados el autor concluye que las fuerzas producidas al tocar un instrumento musical de viento tienen una magnitud, duración y dirección mayor a las fuerzas producidas por las contracciones musculares promedio e incluso a los niveles de presión asociados a los máximos esfuerzos que pueden ejercer los labios. El autor demostró que un instrumento de viento puede ejercer 500gr de fuerza promedio y sabemos que para lograr un movimiento dentario se requiere tan sólo 100gr. Al comparar estas magnitudes, inmediatamente comprobamos el potencial de efectos beneficiosos o dañinos que pueden lograrse con la práctica repetida de un instrumento musical de viento 3,4.
Pang en 1976, realiza un estudio, utilizando una clasificación de instrumentos de viento, en el cual concluyó5:
OBJETIVO GENERAL
Relacionar las maloclusiones dentarias según la clasificación de Angle modificación Anderson y la ejecución de instrumentos de viento madera.
REVISIÓN DE LA LITERATURA
En 1939 Strayer, un ortodoncista y fagotista profesional publica un articulo titulado "Instrumentos musicales como una ayuda en pacientes tratados por defectos y perversiones musculares" en el cual propone el uso de instrumentos musicales de viento como ayuda que complemente el tratamiento ortodóncico, para crear una condición normal de la musculatura facial. Clasificando los instrumentos en tipo y forma de boquilla utilizada1.
Strayer, definió el término de embocadura como la forma o método utilizado cuando se colocan los labios y/o dientes en la boquilla del instrumento1-34.
Engelman en 19652 publica su artículo "Medición de las presiones periorales durante la ejecución de instrumentos de viento" cuyo objetivo fue medir y evaluar la cantidad de presión ejercida por el labio superior contra los dientes anterosuperiores en diferentes músicos instrumentistas de viento.
El autor mediante estudios a un grupo muestra, utilizando un transductor intrabucal, sensible al rango de presiones a medir, se adaptaba a diferentes músicos y podía ser posicionado en los incisivos superiores con resina autocurable. Mediante una curva calibradora se transformaban los milímetros de deflexión en gramos de fuerza2,3.
Después de analizar los resultados el autor concluye que las fuerzas producidas al tocar un instrumento musical de viento tienen una magnitud, duración y dirección mayor a las fuerzas producidas por las contracciones musculares promedio e incluso a los niveles de presión asociados a los máximos esfuerzos que pueden ejercer los labios. El autor demostró que un instrumento de viento puede ejercer 500gr de fuerza promedio y sabemos que para lograr un movimiento dentario se requiere tan sólo 100gr. Al comparar estas magnitudes, inmediatamente comprobamos el potencial de efectos beneficiosos o dañinos que pueden lograrse con la práctica repetida de un instrumento musical de viento 3,4.
Pang en 1976, realiza un estudio, utilizando una clasificación de instrumentos de viento, en el cual concluyó5:
Los instrumentos Clase A tienden a reducir la sobremordida
horizontal.
Los instrumentos Clase B no producen un efecto constante en
la sobremordida horizontal, ya que en algunos de los participantes aumentaba
mientras que en otros disminuía.
Los instrumentos Clase C disminuyen la sobremordida
horizontal, pero pueden producir mordidas abiertas.
Los instrumentos Clase D producen aumento de la sobremordida
horizontal y no afectan la sobremordida vertical.
El efecto de los instrumentos de viento es impredecible por
lo cual su práctica no puede sustituir al tratamiento ortodóncico.
En el año 1999, Howard Green6, publica un artículo titulado
"La relación entre la técnica de ejecución de instrumentos de viento, el
tratamiento ortodóncico y la miología bucofacial" en el cual revisa la
sinergia entre la miofunción bucofacial y la ortodoncia en relación con la
ejecución de instrumentos de viento.
Juan Carlos Salinas, en el año 20027 publica en la Revista Hospital Clínico de la Universidad de Chile un artículo "Patología funcional del sistema estomatognático en músicos instrumentistas" el cual ilustra posiciones básicas para ejecutar los instrumentos y sus probables efectos sobre las estructuras de la cabeza y el cuello. El autor concluye que la relación existente entre el acto de interpretar un instrumento musical y los signos y síntomas bucomaxilofaciales es producto de la generación de fuerzas que sobrepasan la capacidad de adaptación funcional de los tejidos, el exceso de horas de ensayo y el estrés en la búsqueda de los músculos7.
Pulido, Sosa L. y Sosa S. 8 estudiantes de la Facultad de la Salud de la Universidad de Carabobo Odous Científica para Julio-Diciembre 2009 una revisión bibliográfica con reporte de casos clínicos titulada "Lesiones del aparato estomatognático en músicos ejecutantes de instrumentos de viento. Estudio de casos" no se precisó relaciones causales entre uso de instrumentos de viento-lesiones del aparato estomatognático, pero se evidencia la necesidad de atención odontológica de los músicos, con abordaje ortodóncico y orientación ergonómica bajo una mirada amplia del ámbito Salud Bucal-Ocupacional.
Posteriormente en Diciembre 2010 Evans, Ackermann y Driscoll9 publican una revisión bibliográfica titulada "Anatomía funcional del paladar blando y su relación con instrumentos de viento" cuyo objetivo era ofrecer información tanto a músicos como a odontólogos sobre la insuficiencia velofaríngea producida por las elevadas presiones intrabucales que produce la ejecución, en lapsos prolongados, de instrumentos de viento. Los autores demostraron que es esencial para mantener la estructura y la función del tracto respiratorio bajo presión y, por lo tanto, para permitir un flujo de aire óptimo, siendo determinante para el rendimiento del instrumentista.
Después de realizar una revisión cronológica de la literatura, se puede concluir que muchos autores han tratado de definir y determinar las diferentes enfermedades laborales o tecnopatías que produce la ejecución de instrumentos de viento sobre las estructuras bucales y faciales11,12,13,14,10,15
Según Wylie, la maloclusión es una relación alternativa de partes desproporcionadas, que pueden afectar a cuatro sistemas simultáneamente: dientes, huesos, músculos y nervios.16,17
Determinados casos muestran irregularidades solamente en la posición de los dientes. Otros pueden presentar dientes alineados o bien posicionados, existiendo, sin embargo, una relación de los huesos basales anormal. Así las maloclusiones pueden ser displasias dentarias, esqueléticas y dentoesqueléticas18,19,20,21,22,23,24,25.
Juan Carlos Salinas, en el año 20027 publica en la Revista Hospital Clínico de la Universidad de Chile un artículo "Patología funcional del sistema estomatognático en músicos instrumentistas" el cual ilustra posiciones básicas para ejecutar los instrumentos y sus probables efectos sobre las estructuras de la cabeza y el cuello. El autor concluye que la relación existente entre el acto de interpretar un instrumento musical y los signos y síntomas bucomaxilofaciales es producto de la generación de fuerzas que sobrepasan la capacidad de adaptación funcional de los tejidos, el exceso de horas de ensayo y el estrés en la búsqueda de los músculos7.
Pulido, Sosa L. y Sosa S. 8 estudiantes de la Facultad de la Salud de la Universidad de Carabobo Odous Científica para Julio-Diciembre 2009 una revisión bibliográfica con reporte de casos clínicos titulada "Lesiones del aparato estomatognático en músicos ejecutantes de instrumentos de viento. Estudio de casos" no se precisó relaciones causales entre uso de instrumentos de viento-lesiones del aparato estomatognático, pero se evidencia la necesidad de atención odontológica de los músicos, con abordaje ortodóncico y orientación ergonómica bajo una mirada amplia del ámbito Salud Bucal-Ocupacional.
Posteriormente en Diciembre 2010 Evans, Ackermann y Driscoll9 publican una revisión bibliográfica titulada "Anatomía funcional del paladar blando y su relación con instrumentos de viento" cuyo objetivo era ofrecer información tanto a músicos como a odontólogos sobre la insuficiencia velofaríngea producida por las elevadas presiones intrabucales que produce la ejecución, en lapsos prolongados, de instrumentos de viento. Los autores demostraron que es esencial para mantener la estructura y la función del tracto respiratorio bajo presión y, por lo tanto, para permitir un flujo de aire óptimo, siendo determinante para el rendimiento del instrumentista.
Después de realizar una revisión cronológica de la literatura, se puede concluir que muchos autores han tratado de definir y determinar las diferentes enfermedades laborales o tecnopatías que produce la ejecución de instrumentos de viento sobre las estructuras bucales y faciales11,12,13,14,10,15
Según Wylie, la maloclusión es una relación alternativa de partes desproporcionadas, que pueden afectar a cuatro sistemas simultáneamente: dientes, huesos, músculos y nervios.16,17
Determinados casos muestran irregularidades solamente en la posición de los dientes. Otros pueden presentar dientes alineados o bien posicionados, existiendo, sin embargo, una relación de los huesos basales anormal. Así las maloclusiones pueden ser displasias dentarias, esqueléticas y dentoesqueléticas18,19,20,21,22,23,24,25.
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